La Fundación
Adriana Prado / Voces y
contexto
31-05-23
El
tema de la obra de Susana Torres Molina “La Fundación” es acerca de una joven
pareja que ante su imposibilidad de ser padres se contacta con “La Fundación”: una
organización estrechamente relacionada con la iglesia católica, que después de
un exhaustivo interrogatorio determinará si
son o no aptos para recibir un bebé en adopción bajo condiciones muy
especiales. Lentamente se va desplegando en una trama conocida y lamentable de
nuestra historia reciente.
Cada
personaje encarna un aspecto escalofriante. El responsable legal, (Alejandro
Botto) con la superioridad y temeridad que le da su posición y la impunidad que
lo respalda, tiene una entonación algo sobradora y despreciativa. La secretaria
administrativa (Merceditas Elordi) es la empleada fiel y sumisa con una especie
de admiración ambigua hacia su jefe. Un personaje aparentemente burocrático que
con su disposición gestual y movimientos trasluce su adhesión funcional al
dogmatismo y fanatismo que caracteriza a esta organización de oscura
procedencia y finalidad. Es de subrayar la entonación y cadencia en las voces
de Merceditas Elordi y Angel Blanco
La
Fundación es la típica institución que con una apariencia respetable utiliza y
exige la premisa de silencio y de secreto, indispensables para mantener ocultos
sus verdaderos móviles que siempre son para
ocultar. Se apoyan en los más intrincados vínculos con el poder y la iglesia
católica, casi de manera unívoca, bien presente desde hace siglos en la
historia de occidente. Muchos sabemos de qué se trata y cómo operan. Y operan
tranquilos porque nunca tendrán que dar explicaciones o al menos durante
décadas…
La
puesta en escena es ascética, con una pulcritud casi quirúrgica. La luz blanca
y el mobiliario marca la fría “perfección” que allí se desenvuelve. El vestuario
blanco y negro acentúa el carácter
riguroso y despojado de cualquier emotividad que no sea el estricto precepto
del sometimiento de lo moral y lo “correcto” para una familia cristiana y sin
sospecha. Judíos y comunistas son el gran peligro de la sociedad que acecha a
las familias de bien. Otro requisito indispensable es que los padres que desean
adoptar sean “propietarios”. La propiedad privada es un elemento constitutivo
del triángulo que forma el concepto: “dios, patria, hogar”.
La
dirección de Federico Nanyo destaca de modo armónico y unívoco todo lo
siniestro de las oscuras épocas. Sorprende la fuerza dramática, no solo del
texto- perfecto, muy pulido- sino del despliegue actoral con las dosis exactas
de expresión, tono y desplazamiento de los cuerpos en el escenario.
El
teatro La Mueca es un espacio muy amigable que invita a pasar… a disfrutar de
la escena maravillosa del teatro independiente de Buenos Aires.
El
arte como forma de la Memoria y de la anticipación es también un modo de ir más allá. Es siempre
la llama encendida hacia los mejores lugares de la conciencia humana. A través
del arte, se agiganta aún más (si esto fuera aún posible) la inmensa labor de
las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que hicieron del horror y del dolor una
lucha por la vindicación de la Vida y la Verdad. Y también del Amor.
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