Escrita por Albert Tola con la adaptación y dirección
de Alejandro Giles, en el Teatro Andamio 90 de Buenos Aires.
La escena donde transcurre la historia es despojado y
de sugerentes efectos de colores, luces
y texturas. La escenografía y el
vestuario con los tonos neutros y cálidos del desierto. El lugar: el Al Andalus
del siglo XI.
Desde el primer minuto la alusión expresa del momento
y el sitio geográfico sin proponérselo –o sí- nos remite a un tácito
desplazamiento a nuestra época donde el prejuicio, la discriminación, la
intolerancia a lo no normativo es responsable aún de muchos crímenes. Todo
fundamentalismo es siempre una forma de violencia, de abuso de poder y de
injusticia.
Una de las características de la obra y en especial de
esta puesta en escena es la dimensión poética que subraya el drama que allí se
despliega con una belleza que amalgama texto y sentido.
Además del hecho trágico expreso: el castigo a los dos
amantes que furtivamente se encuentran por las noches en el Palmeral, la obra
siempre nos habla del amor y sus manifestaciones en los registros más diversos:
desde los aspectos más sensuales, sublimes y desinteresados a los más egoístas,
brutales o siniestros.
Un aspecto muy destacable y poco frecuente es la excelente
interpretación de todos los actores: los seis pueden ser considerados en su
momento dentro de la obra como protagonistas. Cada personaje es clave en el
relato por la convicción y compromiso en sus distintos roles, ningún personaje
es “secundario” y cada uno expresa cómo está afectado y reacciona al desenlace
de este amor y castigo brutal.
Como un reflejo de la vida - antes y ahora-ineludible,
la historia privada –aún íntima- es atravesada por el contexto en el que
ocurre: social, político, religioso, psicológico. Todos estos aspectos
atraviesan la historia de amor de Abu Hassan y Tahir y de las otras historias
de amor que están perfiladas en la obra.
Dos aspectos muy remarcables son la intensidad
dramática y lírica que aporta la bella voz e interpretación musical de la
querida actriz española Pepa Luna y por otro lado la percusión que subraya
intensamente los pasajes más dramáticos.
La obra breve, destilada y sublimada –por utilizar
algunas ideas prestadas a la alquimia- es perfecta. Nada, ni una palabra hay de
más o de menos. Todo está allí y dice lo que debe y como debe. La sensación en
el espectador es que allí hay una dinámica y una estructura bellamente
ensambladas.
Todo está dicho en el escenario. Lo “otro” ocurre en
el interior del espectador, luego, un rato después cuando las luces se
encienden y se abandona la sala. El Palmeral es una unidad perfecta en si
misma. Este amor transgrede las pautas de lo moral y del poder. Es lo que
siempre ocurre con el amor, que no sabe y no conoce de condicionantes pero que
siempre sobrevuela más allá y libera… quizás lo único que realmente libera.
Actúan: Pablo Arambarri, Daniel Begino, Floriana Foschino, Daniel Grosso, Pepa Luna, Junior Pisanu
Web: https://www.instagram.com/elpalmeralargentina
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